miércoles, 25 de noviembre de 2015

La verdadera felicidad viene al darse cuenta de que nada es demasiado importante formato narrado





Placer de leer versión narrada





Seguro que los lectores entienden de lo que hablo... Como parte especial de este vídeo voy a añadir que lo escribí mientras leía en una playa de Teenmouth (Inglaterra) donde se avecinaba tormenta. Nos dieron algo de tiempo libre y yo me senté en el camino de asfalto que terminaba justo en la playa para leer tranquilamente con las preciosas vistas de la playa, pero no de cualquier playa sino de una fría. Fue curioso porque siempre suelo relacionarlas con días de verano, tiempo caluroso... Y estando allí empezó a llover. El viento ya me hacía imposible antes de eso leer pues me pasaba las páginas de allá para acá pero con el factor añadido de las precipitaciones tuve que refugiarme bajo la terraza de una cafetería para poder seguir con la tarea y fue allí cuando me di cuenta de que si de verdad te gusta leer no hay nadie que pueda pararte.

Micro historia: Spectrum formato narrado







Espero que os guste esta micro-historia que podéis leer abajo en las primeras entradas si lo preferís y que me dejéis un comentario sobre vuestra opinión. Muchísimas gracias por visitar el blog.

Micro historia: viajando lejos formato narrado





Aquí os dejo una micro-historia en formato narrado por si prefieres escucharla a leerla o tienes dificultades para hacerlo. Ojalá os guste mucho y no olvidéis expresarme debajo en los comentarios qué os parece. Muchas gracias ¡¡¡Disfrutad!!!

Folios en blanco formato narrado





Aquí os dejo uno de mis textos de forma narrada por si prefieres oírlo a leerlo o tienes dificultades para hacerlo. Espero que os guste mucho esta nueva iniciativa y muchas gracias por visitar el blog.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Pisos y sus dificultades


Nunca me enteraré cual de los interruptores es el de la luz en la escalera y cual el del timbre del vecino. Siempre me pasa que al llegar a casa de mis abuelos estoy subiendo la escalera y cuando voy por el primer piso ¡ZAS! Se apaga la luz y me encuentro con el siguiente dilema: Dos interruptores aparentemente marcados por un mono que se manchó las manos de tinta ya que en cada uno hay un símbolo rarísimo nada que ver con una bombilla encendida o un altavoz que representando al timbre (a veces incluso los hay en blanco y no se que es peor porque los que tienen un dibujo raro dices tú: Bueno, por lo menos lo ha intentado... pero es que los otros ya ni eso. Yo creo que pensaron: da igual, si no lo van a adivinar de todas formas.) En ese momento en el que no deseas perturbar los sueños de la vecina que vive bajo tus abuelos, la que además sabes que no te tiene especial cariño debido a los concursos de saltar a la comba que realizabas cuando pequeña junto con tus primas. (Aunque siempre me pregunté lo que se viviría abajo mientras nosotras saltábamos arriba, supongo que colocarán un medidor sísmico para comparar los datos de la escala con Japón o algo así.) De forma que en lugar de arriesgarte a pulsar cualquiera de los dos decides que es mejor subir a oscuras las, de repente, tenebrosas escaleras. Otra cosa que a mi se me viene a la cabeza en ese momento es: ¿Cómo se supone que mis abuelos suben estos peldaños tan altos? Si me da a mi la sensación que Gadget se quedaba corto de piernas. Y claro tú en medio de la oscuridad absoluta, procurando no hacer ruido para no molestar, ajustándote ya el arnés que te permita subir... y en ese momento tu abuelo que ya está atento puesto a que previamente llamaste al telefonillo de la puerta exterior abre la puerta iluminando tenuemente tu sendero.

Y en medio de la de dificultad que tenías él parece un Dios, rodeado de luz en lo alto de la escalera esperándote con dulces en las manos.

Aunque a veces tu abuelo no aparece, entonces se da el siguiente caso: Tu hermano pequeño, mayor, madre o cualquiera por el estilo llega mientras tú intentas decidir qué interruptor pulsar, presiona el correcto por suerte (ya que tu estabas cien por cien mentalizado de que sino se encendía la luz debías correr escaleras arriba para huir de la vecina.) Pero el caso es que la luz se enciende; miras hacia arriba, la bombilla antigua rellena hasta por dentro de polillas y otros insectos y crees que como ya has visto cual de los dos era para el momento en el que desciendas ciego de chucherías y comida de nuevo para marcharte te vas a acordar del que tienes que pulsar, pero no es así, nunca lo sabes.
 

¿Qué fue antes el huevo o la gallina? -No sé, lo que diga mi madre.


De hecho la definición de la RAD (Real Academia de Dania) explica a la madre como:

Ser animado o no (si se da la segunda opción aléjese lo antes posible) que posee la habilidad de encontrar todo tipo de objetos estén donde estén mediante el simple sentido de la vista (a veces incluso pueden mencionar la localización de objetos a distancia con la total seguridad del lugar en el que se encuentran e incluso se han dado casos en los que ni siquiera estando en casa, mediante una llamada de teléfono, la madre ha sido capaz de localizar el objeto o la cosa que ninguno de los otros cinco lograba encontrar). También posee la característica de llevar siempre (sin excepciones) la razón, cocinar estupendamente y criar a todo tipo de cabestro (a los que denominan hijos) los años suficientes hasta que éstos están preparados para dejar la madriguera.

Por ello yo siempre dejo que mi madre hable o incluso contesto lo mismo que le he oído decir a ella ya que sé que así seguro no me estoy equivocando. Por lo cual cuando, como un clásico que es, me preguntaron: ¿Qué fue antes el huevo o la gallina? Yo respondí:

-¿Qué ha dicho mi madre?
 
 
Dania García-Donas Márquez
 

lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Crees que los seres humanos podemos llegar a ser totalemnte objetivos? ¿Eso es bueno o es malo?

Al principio cuando me preguntaron esto no encontraba qué sentido podía tener la pregunta pues veía la respuesta claramente pero decidí inventar una historia para dar mi opinión, espero que os guste y si pensáis algo diferente lo dejéis en los comentarios.

Le encantaba buscar el sentido de las cosas porque según su creencia todo tenía una explicación. Era una gran observadora de la vida que se paraba a ver los detalles de cada cosa, los tonos de las conversaciones, las intenciones de la gente... y eso la hizo grande. Cada mal tenía su por qué, cada problema su solución y cada suceso una intención final; todo ocurría por algo en concreto y puede que justo ahora no te des cuenta pero ella si lo veía, lo notaba, lo sentía, lo recordaba... Y por eso comprendía cada hecho, porque era capaz de ver el equilibrio. Y aún así, aún con todo el bien y el mal perfectamente armonizado en su mente no podía ser absolutamente objetiva, porque nada humano es objetivo; Ni siquiera ella. Y eso está bien ya que la objetividad es el punto de vista que cada persona aporta al mundo y sin él nadie tendría mucho que ofrecer.
 
Dania García-Donas Márquez
 

Esclavos de la rutina.


Ni siquiera recordaba haberse vestido después de tomar la ducha, lo hacía siempre de modo que supuso que así fue. Por eso su vida se hacía cada vez más monótona y aburrida, ya que nada se salía de la órbita, todo seguía el mismo curso día tras día de forma que podía permitirse olvidar lo que acababa de ocurrir hacía unos minutos ya que no le parecía una gran pérdida... Tiempo atrás tenía un nombre pero nadie lo usaba de forma que hasta ella misma acabó por olvidarlo, así como se olvidan los momentos que nunca se rememoran y las palabras no usadas. Ahora la llaman rutina y se deja llamar así, todos los que la siguen cada día sin hacer excepciones acaban como ella, sin saber quienes son, porque no son nadie ya que no tienen personalidad ni estilo de vida ¿Eres también un esclavo fijo de la rutina?
 
Dania García-Donas Márquez
 

Se retiran ciertas palabras de la Real Academia de la Lengua de Dania.


Informamos a los lectores de que en mi cabeza ciertas palabras carecen de significado por lo cual se procederá a su eliminación. Uno de estos ejemplos es el conocido sustantivo “suerte” ya que éste no existe. Nada se consigue por suerte, nada ocurre por suerte tampoco; cuando tienes una meta grande y la llevas a cabo la gente que te rodea suele comentar la “buena suerte” que tienes pero se equivocan porque tú no tienes buena suerte, trabajaste y te esforzaste por conseguir aquello y aunque ahora pueda parecer fruto del azar que te sonríe echa la vista atrás y recuerda si ganaste o no aquella “potra”. Otra de las tendencias de esta palabra es ser usada en oraciones como: Tienes suerte de conocer a... o tuviste suerte al encontrarte con... y de más ejemplos en los que aparentemente no realizaste ninguna influencia, en los que puede parecer que no influiste, pero voy a contarte un secreto: todo el mundo tiene lo que se merece.

Así que esfuérzate en todo lo que hagas, consigue más de lo que te propongas, agradece lo que posees y... ¿Buena suerte?

Dania García-Donas Márquez

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Estudiar en casa de tu abuela es imposible.

Tras años de constantes estudios científicos he llegado a la conclusión de que estudiar en casa de mi abuela es imposible, así como escribir, leer, usar el móvil... Parece ser que la única norma permitida es salir con unos kilos de más. De hecho si tus queridos mayores viven en un piso sabes de sobra desde que eras pequeño que no puedes: correr, saltar, hablar demasiado fuerte, apoyarte en las paredes... y diversas actividades porque molesta a los vecinos.

Pero claro, ahí estás tú, mirando el libro de matemáticas justo después de comer sin ganas de hacer absolutamente nada y aparece ella para mirarte. Simplemente se te queda en frente o al rededor aparentemente muy interesada por tu trabajo hasta que pasados unos incómodos segundos en los que simulas que estudias bajo su atenta mirada no puede resistirse y te ofrece algo, cualquier cosa.
-¿Quieres una oncita de chocolate hija?
Y claro tú por no hacerla sentir mal, obviamente sólo por ese motivo, aceptas el ofrecimiento. Pero haces mal, haces muy mal porque las abuelas y que ellas me perdonen la comparación, son como perritos abandonados, les das de comer una vez y te persiguen el resto del día.

Otra cosa muy peculiar en casa de los abuelos es la luz tan tenue que poseen las bombillas y la poca tendencia de nuestros mayores a usarlas. La mía por ejemplo dice a las siete de la tarde: ¡Abre las persianas y apaga la luz que hace un solito muy bueno! Y claro tu te sientes incómodo de decirle que no ves, porque entonces ellos empiezan con esa charla de que los ordenadores y los móviles o "Cajitas tontas" nos están dejando ciegos y que ellos a nuestra edad no tenían problema de vista ninguno, así que les dices: "Abuela déjame encender la luz aunque sea para encontrar la mochila, que después la apago yo"

Otra característica muy peculiar de estudiar allí son las telenovelas de las cuatro de la tarde porque, no se vuestra abuela, pero la mía que estar de los dos oídos y le sobra sordera para regalarle a todos los nietos ya que en el momento en el que por fin abandona su obsesión por alimentarte y atenderte se sienta en el sillón de orejas a ver la televisión y el medidor del volumen sale disparado por el lado derecho del aparato, además no te preocupes, la casa del siglo XIX, gigante, recubierta de mármol y con más habitaciones que un hotel está construida estratégicamente para que te enteres de todo lo que pasa en la serie sí o sí, te pongas donde te pongas.

Y eso que aún no he hablado de las visitas inesperadas de "amigas" o compañeras de misa de mi abuela. Que yo todavía no me he enterado cómo se hacen amigos en misa si no se puede hablar y hay que estar pendiente sólo del cura, pero bueno, el caso es que llegan unas amigas de tu abuela y ella empieza a presumir de ti, de lo guapa que eres, de lo buena estudiante, de lo obediente, de lo tranquila, de lo bien que te portas... y eso claramente te distrae ya que quizás no vuelvan a hablar bien de ti tan seguido.

Así que llegan las ocho de la tarde en casa de tu abuela y no has podido aprender nada pero sales de allí con una autoestima... con un suplemento alimentario... que ha merecido la pena seguro pasar tu día con los mayores seguro.


Dania García-Donas Márquez Valencia

domingo, 8 de noviembre de 2015

"Mi libro favorito"


Voy a contaros una historia de una historia, un cuento de día de reyes sobre mi libro especial. A mí desde siempre me ha gustado leer pero digamos que antes no tenía demasiado interés, si alguien me daba un libro me lo terminaba enseguida aunque... no los compraba o los pedía. Me gustaban, en cambio, no los devoraba como ahora, no me alimentaba de sus letras. Claro que eso algún día tenía que cambiar... Fue el seis de enero el destinado; ilusionada corrí junto con el resto de mis primos pequeños a abrir los regalos que los tres reyes habían escondido, por lo que debía buscarlos. Recorrimos todas las salas del antiguo caserón de mi abuela que se encuentra en el centro del pueblo y finalmente hallé una bolsa con mi nombre en el sótano justo al lado de la de mis hermanos, todos volamos a por ellas sopesando y contando cuantos regalos habíamos recibido; pero claro el sótano olía a humedad y de sentarnos allí nos mancharíamos los pulcros trajes que estrenábamos así que no fue hasta que llegué a la escalera de mármol de la planta de arriba que abrí el primer regalo. Había algunos que tenían formas extrañas y apetecibles pero otros dos, los que más pesaban y se encontraban al fondo fueron los primeros que miré, libros.

El primero era algo más fino, de una autora que yo conocía y admiraba mucho. El otro... sin duda algo más grueso, escrito por un inglés del que nunca había oído hablar que poseía letra pequeña y páginas finas como las de la biblia. Por lógica comencé a leer el primero, claro, eso era antes cuando aún no sabía que en el mundo de los libros los más guapos y atractivos son también los más gordos. Lo cierto es que ambos poseían una portada muy llamativa según mi estilo, aunque lo mejor de todo está en el interior, pero seleccioné el que estaba segura de que me gustaría y para cuando lo acabé me pareció que leer era como ver películas, pensé que acababa de presenciar la magia más increíble que había visto en mi vida; era como un truco que nadie iba a poder a desvelarte nunca porque debes descubrirlo tú mismo. Y eso que aún no había empezado con el segundo libro, el cual hasta el momento sigue siendo mi favorito entre todos los que he leído a pesar de que esa decisión es cada vez más difícil. Siempre que lo releo descubro algo nuevo, es el libro al que hago publicidad sin saberlo, del cual me enamoré hasta el último personaje más secundario, el que cuando presto noto hueco en la estantería y siento que me falta algo importante, en el que imagino he ido creciendo a la vez que el protagonista, lo considero mi amigo, sé su historia, él la mía...

Desde ese día estoy muy agradecida por haber recibido estos tesoros mientras los demás presumían de zapatos nuevos; a partir de ese año siempre pido libros por navidad y aún sigo sorprendiéndome al no aburrirme nunca.