Ni siquiera recordaba haberse vestido
después de tomar la ducha, lo hacía siempre de modo que supuso que
así fue. Por eso su vida se hacía cada vez más monótona y
aburrida, ya que nada se salía de la órbita, todo seguía el mismo
curso día tras día de forma que podía permitirse olvidar lo que
acababa de ocurrir hacía unos minutos ya que no le parecía una gran
pérdida... Tiempo atrás tenía un nombre pero nadie lo usaba de forma
que hasta ella misma acabó por olvidarlo, así como se olvidan los
momentos que nunca se rememoran y las palabras no usadas.
Ahora la llaman rutina y se deja llamar así, todos los que la
siguen cada día sin hacer excepciones acaban como ella, sin saber
quienes son, porque no son nadie ya que no tienen personalidad ni
estilo de vida ¿Eres también un esclavo fijo de la rutina?
Dania García-Donas Márquez |
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