miércoles, 18 de noviembre de 2015

Pisos y sus dificultades


Nunca me enteraré cual de los interruptores es el de la luz en la escalera y cual el del timbre del vecino. Siempre me pasa que al llegar a casa de mis abuelos estoy subiendo la escalera y cuando voy por el primer piso ¡ZAS! Se apaga la luz y me encuentro con el siguiente dilema: Dos interruptores aparentemente marcados por un mono que se manchó las manos de tinta ya que en cada uno hay un símbolo rarísimo nada que ver con una bombilla encendida o un altavoz que representando al timbre (a veces incluso los hay en blanco y no se que es peor porque los que tienen un dibujo raro dices tú: Bueno, por lo menos lo ha intentado... pero es que los otros ya ni eso. Yo creo que pensaron: da igual, si no lo van a adivinar de todas formas.) En ese momento en el que no deseas perturbar los sueños de la vecina que vive bajo tus abuelos, la que además sabes que no te tiene especial cariño debido a los concursos de saltar a la comba que realizabas cuando pequeña junto con tus primas. (Aunque siempre me pregunté lo que se viviría abajo mientras nosotras saltábamos arriba, supongo que colocarán un medidor sísmico para comparar los datos de la escala con Japón o algo así.) De forma que en lugar de arriesgarte a pulsar cualquiera de los dos decides que es mejor subir a oscuras las, de repente, tenebrosas escaleras. Otra cosa que a mi se me viene a la cabeza en ese momento es: ¿Cómo se supone que mis abuelos suben estos peldaños tan altos? Si me da a mi la sensación que Gadget se quedaba corto de piernas. Y claro tú en medio de la oscuridad absoluta, procurando no hacer ruido para no molestar, ajustándote ya el arnés que te permita subir... y en ese momento tu abuelo que ya está atento puesto a que previamente llamaste al telefonillo de la puerta exterior abre la puerta iluminando tenuemente tu sendero.

Y en medio de la de dificultad que tenías él parece un Dios, rodeado de luz en lo alto de la escalera esperándote con dulces en las manos.

Aunque a veces tu abuelo no aparece, entonces se da el siguiente caso: Tu hermano pequeño, mayor, madre o cualquiera por el estilo llega mientras tú intentas decidir qué interruptor pulsar, presiona el correcto por suerte (ya que tu estabas cien por cien mentalizado de que sino se encendía la luz debías correr escaleras arriba para huir de la vecina.) Pero el caso es que la luz se enciende; miras hacia arriba, la bombilla antigua rellena hasta por dentro de polillas y otros insectos y crees que como ya has visto cual de los dos era para el momento en el que desciendas ciego de chucherías y comida de nuevo para marcharte te vas a acordar del que tienes que pulsar, pero no es así, nunca lo sabes.
 

2 comentarios: