Nunca me enteraré cual de los
interruptores es el de la luz en la escalera y cual el del timbre del
vecino. Siempre me pasa que al llegar a casa de mis abuelos estoy
subiendo la escalera y cuando voy por el primer piso ¡ZAS! Se apaga
la luz y me encuentro con el siguiente dilema: Dos interruptores
aparentemente marcados por un mono que se manchó las manos de tinta
ya que en cada uno hay un símbolo rarísimo nada que ver con una
bombilla encendida o un altavoz que representando al timbre (a veces
incluso los hay en blanco y no se que es peor porque los que tienen
un dibujo raro dices tú: Bueno, por lo menos lo ha intentado... pero
es que los otros ya ni eso. Yo creo que pensaron: da igual, si no lo
van a adivinar de todas formas.) En ese momento en el que no deseas
perturbar los sueños de la vecina que vive bajo tus abuelos, la que
además sabes que no te tiene especial cariño debido a los concursos
de saltar a la comba que realizabas cuando pequeña junto con tus
primas. (Aunque siempre me pregunté lo que se viviría abajo
mientras nosotras saltábamos arriba, supongo que colocarán un
medidor sísmico para comparar los datos de la escala con Japón o
algo así.) De forma que en lugar de arriesgarte a pulsar cualquiera
de los dos decides que es mejor subir a oscuras las, de repente,
tenebrosas escaleras. Otra cosa que a mi se me viene a la cabeza en
ese momento es: ¿Cómo se supone que mis abuelos suben estos
peldaños tan altos? Si me da a mi la sensación que Gadget se
quedaba corto de piernas. Y claro tú en medio de la oscuridad
absoluta, procurando no hacer ruido para no molestar, ajustándote ya
el arnés que te permita subir... y en ese momento tu abuelo que ya
está atento puesto a que previamente llamaste al telefonillo de la
puerta exterior abre la puerta iluminando tenuemente tu sendero.
Y en medio de la de dificultad que
tenías él parece un Dios, rodeado de luz en lo alto de la escalera
esperándote con dulces en las manos.
Aunque a veces tu abuelo no aparece,
entonces se da el siguiente caso: Tu hermano pequeño, mayor, madre o
cualquiera por el estilo llega mientras tú intentas decidir qué
interruptor pulsar, presiona el correcto por suerte (ya que tu
estabas cien por cien mentalizado de que sino se encendía la luz
debías correr escaleras arriba para huir de la vecina.) Pero el caso
es que la luz se enciende; miras hacia arriba, la bombilla antigua
rellena hasta por dentro de polillas y otros insectos y crees que
como ya has visto cual de los dos era para el momento en el que
desciendas ciego de chucherías y comida de nuevo para marcharte te
vas a acordar del que tienes que pulsar, pero no es así, nunca lo
sabes.
Dania muy bueno, me encanta el blog !!
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