Le encantaba buscar el sentido de las
cosas porque según su creencia todo tenía una explicación. Era una
gran observadora de la vida que se paraba a ver los detalles de cada
cosa, los tonos de las conversaciones, las intenciones de la gente...
y eso la hizo grande. Cada mal tenía su por qué, cada problema su
solución y cada suceso una intención final; todo ocurría por algo
en concreto y puede que justo ahora no te des cuenta pero ella si lo
veía, lo notaba, lo sentía, lo recordaba... Y por eso comprendía
cada hecho, porque era capaz de ver el equilibrio. Y aún así, aún
con todo el bien y el mal perfectamente armonizado en su mente no podía ser absolutamente objetiva, porque nada humano es objetivo;
Ni siquiera ella. Y eso está bien ya que la objetividad es el punto
de vista que cada persona aporta al mundo y sin él nadie tendría
mucho que ofrecer.
Dania García-Donas Márquez |
Me encanta
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